22 abril 2013

INFORME ANUAL 2012: EL ESTADO DE LOS DERECHOS HUMANOS EN EL MUNDO COREA DEL NORTE

Fuente: http://www.amnesty.org/es

COREA DEL NORTE

El 17 de diciembre, Kim Jong-un sucedió a su padre como gobernante absoluto, pero sin que hubiese indicios de mejora en el pésimo historial de derechos humanos del país. La población norcoreana continuaba sufriendo violaciones de casi todo el espectro de los derechos humanos. Seis millones de norcoreanos necesitaban ayuda alimentaria con urgencia; un informe de la ONU concluyó que el país no podría alimentar a su población en un futuro inmediato. Se recibieron informes de la existencia de numerosos campos penitenciarios, en donde eran habituales la detención arbitraria, el trabajo forzoso y la tortura y otros malos tratos. Continuaron las ejecuciones, que en algunos casos se llevaban a cabo en público. Los castigos colectivos eran habituales. Las violaciones del derecho a la libertad de expresión y reunión eran generalizadas.


Información general

Kim Jong-il murió en diciembre, según informes a causa de un ataque cardíaco, concluyendo así sus 17 años de mandato como líder del Estado, cargo que había heredado de su padre, Kim Il-sung. Kim Jong-un, hijo de Kim Jong-il, fue nombrado su sucesor.

En junio, el Consejo de Seguridad de la ONU prorrogó por tercera vez el mandato del órgano de expertos que se ocupaba de las sanciones impuestas por la ONU a Corea del Norte a causa de sus pruebas con armas nucleares.

Unas inundaciones provocadas por lluvias torrenciales que habían comenzado en junio se vieron agravadas en agosto por un tifón que causó daños generalizados, especialmente en las provincias de Hwanghae del Norte y Hwanghae del Sur. Como consecuencia, según informes, un total de 68 personas murieron o desaparecieron y más de 25.000 quedaron sin hogar.

Crisis alimentaria

En enero se recibieron informes sobre muertes por inanición ocurridas en las provincias de Pyongan del Norte, Hamkyung del Sur y Hamkyung del Norte desde abril de 2010. En abril, el Programa Mundial de Alimentos, la FAO y UNICEF lanzaron una operación de emergencia para llegar a 3,5 millones de niños, mujeres y ancianos, los sectores más vulnerables.

Un informe publicado en noviembre por la FAO y el Programa Mundial de Alimentos concluyó que gran parte de la población había sufrido privación prolongada de alimentos desde mayo hasta septiembre, puesto que la ración de cereales del sistema de distribución pública se había reducido a 200 gramos o menos por persona y día, equivalente a sólo un tercio de las necesidades energéticas mínimas diarias de una persona. El informe indicaba que una de cada cuatro mujeres de entre 15 y 49 años sufría malnutrición, mientras que más de un tercio de los niños sufrían raquitismo y casi la quinta parte tenían un peso inferior al normal. Además, mencionaba que, en comparación con el año anterior, el número de menores desnutridos que ingresaban en las salas de pediatría había aumentado entre un 50 y un 100 por cien.

A pesar de la crisis, la ayuda alimentaria internacional continuaba dependiendo de circunstancias geopolíticas. Según informes recibidos en febrero, el gobierno ordenó que sus embajadas solicitasen ayuda alimentaria a gobiernos extranjeros. En junio, tras una visita destinada a supervisar la ayuda, la Comisión Europea decidió ofrecer 10 millones de euros en ayuda alimentaria de emergencia. Estados Unidos no envió ayuda alimentaria a Corea del Norte, alegando que le preocupaba cómo se supervisaba su distribución.

Detención y reclusión arbitrarias

Informes no confirmados señalaron que en enero, en evidente preparación de la sucesión en el poder, el Departamento de Seguridad Nacional había detenido a más de 200 funcionarios; se temía que algunos hubieran sido ejecutados, mientras que otros habían sido enviados a campos penitenciarios para presos políticos. Según informes creíbles, se calculaba que había hasta 200.000 personas encarceladas en condiciones espantosas en seis campos penitenciarios para presos políticos cada vez más grandes, como el conocido centro de Yodok. Miles de personas estaban recluidas en al menos otros 180 centros de detención. La mayoría permanecían encarceladas sin juicio o tras procesos sumamente injustos en los que se habían utilizado confesiones hechas bajo coacción.

Tortura y otros malos tratos

Los hombres, mujeres y niños recluidos en los campos eran objeto de tortura y otros malos tratos; entre otras cosas, se les obligaba a trabajar en condiciones peligrosas. Debido a la combinación de trabajo forzado peligroso, alimentación deficiente, palizas, atención médica totalmente insuficiente y condiciones de vida insalubres, las personas encarceladas sufrían enfermedades, y muchas morían bajo custodia o poco después de quedar en libertad. El gobierno continuó negando la existencia de campos penitenciarios para presos políticos.
Pena de muerte

En julio se recibieron informes no confirmados de que las autoridades habían ejecutado mediante fusilamiento o matado en accidentes de tráfico provocados a 30 funcionarios que habían participado en conversaciones entre las dos Coreas o supervisado el diálogo bilateral. El 10 de marzo, el relator especial de la ONU sobre ejecuciones extrajudiciales escribió al gobierno en relación con 37 ejecuciones por delitos de índole económica llevadas a cabo entre 2007 y 2010.

Libertad de expresión

En junio, las autoridades permitieron que Associated Press estableciese una agencia de noticias en Pyongyang. La agencia de noticias Reuters anunció que había recibido autorización para mantener una antena parabólica en Pyongyang. Sin embargo, no había medios de comunicación nacionales independientes ni se sabía que hubiera ningún partido político de oposición independiente, y tampoco existía una sociedad civil que pudiera calificarse como tal. Las críticas al gobierno y a sus líderes eran objeto de severas restricciones y podían castigarse con detención y reclusión en un campo penitenciario. Sólo un número reducido y selecto de personas tenían acceso a Internet, en la mayoría de los casos a través de una intranet objeto de estrecha vigilancia. Las autoridades tomaban medidas drásticas contra quienes utilizaban teléfonos móviles chinos, y las conexiones telefónicas estaban bloqueadas en Sinuiju, ciudad fronteriza cercana a Dandong, en China.

Libertad de circulación

Los ciudadanos norcoreanos sufrían graves restricciones a la hora de viajar tanto dentro del país como al extranjero. Las autoridades chinas devolvían a menudo a Corea del Norte a miles de norcoreanos que habían huido a China en busca de alimentos y empleo. A su regreso eran sistemáticamente golpeados y detenidos. Las personas sospechosas de haber estado en contacto con ONG surcoreanas o de haber intentado huir a Corea del Sur recibían castigos aún más severos. En julio se recibió información según la cual las autoridades norcoreanas habían ordenado la adopción de medidas enérgicas contra quienes salieran del país sin autorización. En octubre, informes no confirmados señalaron que en septiembre el Departamento de Seguridad Nacional había detenido al menos a 20 norcoreanos en Shenyang, China. Estas personas fueron devueltas a Corea del Norte y quedaron recluidas en un centro del Departamento de Seguridad Nacional en la provincia de Hamkyung del Norte.

Personas refugiadas y solicitantes de asilo

Corea del Sur concedió la nacionalidad a más de 23.500 norcoreanos; había centenares en Japón. Según cifras publicadas en 2011 por el ACNUR, la agencia de la ONU para los refugiados, en 2010 había 917 solicitantes de asilo norcoreanos en situación similar a la de refugiados en diversos países, entre los que figuraban Alemania, Australia, Estados Unidos, Países Bajos y Reino Unido.

En marzo, 27 norcoreanos fueron entregados a la Armada de Corea del Norte. Formaban parte de un grupo de 31 personas (20 mujeres y 11 hombres) cuyo barco de pesca se había adentrado en aguas de Corea del Sur en febrero a causa de una densa niebla. A 4 de estas personas, que decidieron quedarse en Corea del Sur, se les concedió la nacionalidad de ese país.

En junio, nueve norcoreanos llegaron a Corea del Sur en barco. Posteriormente, según informes, las autoridades de Corea del Norte restringieron los viajes de sus ciudadanos a las zonas fronterizas y prohibieron las embarcaciones pequeñas a lo largo de la costa occidental.
En septiembre se descubrió a nueve norcoreanos, entre los que había tres menores, a bordo de una pequeña embarcación pesquera de madera en la costa de la prefectura de Ishikawa, en Japón. En un primer momento los tuvieron detenidos en Nagasaki, y posteriormente les permitieron marcharse a Corea del Sur.

Escrutinio internacional

El relator especial de la ONU sobre la situación de los derechos humanos en Corea del Norte no recibió autorización para visitar el país. En septiembre, 40 ONG, incluida Amnistía Internacional, crearon en Tokio una coalición internacional que pidió el establecimiento de una comisión de investigación sobre los crímenes de lesa humanidad cometidos por el gobierno norcoreano. En mayo, Robert King, embajador de Estados Unidos para derechos humanos y cuestiones humanitarias en Corea del Norte, realizó una visita sin precedentes al país, encabezando una delegación que iba a evaluar la gravedad de la crisis alimentaria. Al marcharse le acompañaba Jun Eddie Yong-su, misionero coreano-estadounidense que acababa de quedar en libertad tras pasar seis meses detenido por “actividad religiosa inadecuada o ilegal”. 




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