COREA DEL NORTE
El
17 de diciembre, Kim Jong-un sucedió a su padre como gobernante absoluto, pero
sin que hubiese indicios de mejora en el pésimo historial de derechos humanos
del país. La población norcoreana continuaba sufriendo violaciones de casi todo
el espectro de los derechos humanos. Seis millones de norcoreanos necesitaban
ayuda alimentaria con urgencia; un informe de la ONU concluyó que el país no
podría alimentar a su población en un futuro inmediato. Se recibieron informes
de la existencia de numerosos campos penitenciarios, en donde eran habituales
la detención arbitraria, el trabajo forzoso y la tortura y otros malos tratos.
Continuaron las ejecuciones, que en algunos casos se llevaban a cabo en
público. Los castigos colectivos eran habituales. Las violaciones del derecho a
la libertad de expresión y reunión eran generalizadas.
Información general
Kim
Jong-il murió en diciembre, según informes a causa de un ataque cardíaco,
concluyendo así sus 17 años de mandato como líder del Estado, cargo que había
heredado de su padre, Kim Il-sung. Kim Jong-un, hijo de Kim Jong-il, fue
nombrado su sucesor.
En
junio, el Consejo de Seguridad de la ONU prorrogó por tercera vez el mandato
del órgano de expertos que se ocupaba de las sanciones impuestas por la ONU a
Corea del Norte a causa de sus pruebas con armas nucleares.
Unas
inundaciones provocadas por lluvias torrenciales que habían comenzado en junio
se vieron agravadas en agosto por un tifón que causó daños generalizados,
especialmente en las provincias de Hwanghae del Norte y Hwanghae del Sur. Como
consecuencia, según informes, un total de 68 personas murieron o desaparecieron
y más de 25.000 quedaron sin hogar.
Crisis
alimentaria
En
enero se recibieron informes sobre muertes por inanición ocurridas en las
provincias de Pyongan del Norte, Hamkyung del Sur y Hamkyung del Norte desde
abril de 2010. En abril, el Programa Mundial de Alimentos, la FAO y UNICEF
lanzaron una operación de emergencia para llegar a 3,5 millones de niños,
mujeres y ancianos, los sectores más vulnerables.
Un
informe publicado en noviembre por la FAO y el Programa Mundial de Alimentos
concluyó que gran parte de la población había sufrido privación prolongada de
alimentos desde mayo hasta septiembre, puesto que la ración de cereales del
sistema de distribución pública se había reducido a 200 gramos o menos por
persona y día, equivalente a sólo un tercio de las necesidades energéticas
mínimas diarias de una persona. El informe indicaba que una de cada cuatro
mujeres de entre 15 y 49 años sufría malnutrición, mientras que más de un
tercio de los niños sufrían raquitismo y casi la quinta parte tenían un peso
inferior al normal. Además, mencionaba que, en comparación con el año anterior,
el número de menores desnutridos que ingresaban en las salas de pediatría había
aumentado entre un 50 y un 100 por cien.
A
pesar de la crisis, la ayuda alimentaria internacional continuaba dependiendo
de circunstancias geopolíticas. Según informes recibidos en febrero, el
gobierno ordenó que sus embajadas solicitasen ayuda alimentaria a gobiernos
extranjeros. En junio, tras una visita destinada a supervisar la ayuda, la
Comisión Europea decidió ofrecer 10 millones de euros en ayuda alimentaria de
emergencia. Estados Unidos no envió ayuda alimentaria a Corea del Norte,
alegando que le preocupaba cómo se supervisaba su distribución.
Detención
y reclusión arbitrarias
Informes
no confirmados señalaron que en enero, en evidente preparación de la sucesión
en el poder, el Departamento de Seguridad Nacional había detenido a más de 200
funcionarios; se temía que algunos hubieran sido ejecutados, mientras que otros
habían sido enviados a campos penitenciarios para presos políticos. Según
informes creíbles, se calculaba que había hasta 200.000 personas encarceladas
en condiciones espantosas en seis campos penitenciarios para presos políticos
cada vez más grandes, como el conocido centro de Yodok. Miles de personas
estaban recluidas en al menos otros 180 centros de detención. La mayoría
permanecían encarceladas sin juicio o tras procesos sumamente injustos en los
que se habían utilizado confesiones hechas bajo coacción.
Tortura
y otros malos tratos
Los
hombres, mujeres y niños recluidos en los campos eran objeto de tortura y otros
malos tratos; entre otras cosas, se les obligaba a trabajar en condiciones
peligrosas. Debido a la combinación de trabajo forzado peligroso, alimentación
deficiente, palizas, atención médica totalmente insuficiente y condiciones de
vida insalubres, las personas encarceladas sufrían enfermedades, y muchas
morían bajo custodia o poco después de quedar en libertad. El gobierno continuó
negando la existencia de campos penitenciarios para presos políticos.
Pena
de muerte
En
julio se recibieron informes no confirmados de que las autoridades habían
ejecutado mediante fusilamiento o matado en accidentes de tráfico provocados a
30 funcionarios que habían participado en conversaciones entre las dos Coreas o
supervisado el diálogo bilateral. El 10 de marzo, el relator especial de la ONU
sobre ejecuciones extrajudiciales escribió al gobierno en relación con 37
ejecuciones por delitos de índole económica llevadas a cabo entre 2007 y 2010.
Libertad
de expresión
En
junio, las autoridades permitieron que Associated Press estableciese una
agencia de noticias en Pyongyang. La agencia de noticias Reuters anunció que
había recibido autorización para mantener una antena parabólica en Pyongyang.
Sin embargo, no había medios de comunicación nacionales independientes ni se
sabía que hubiera ningún partido político de oposición independiente, y tampoco
existía una sociedad civil que pudiera calificarse como tal. Las críticas al
gobierno y a sus líderes eran objeto de severas restricciones y podían
castigarse con detención y reclusión en un campo penitenciario. Sólo un número
reducido y selecto de personas tenían acceso a Internet, en la mayoría de los
casos a través de una intranet objeto de estrecha vigilancia. Las autoridades
tomaban medidas drásticas contra quienes utilizaban teléfonos móviles chinos, y
las conexiones telefónicas estaban bloqueadas en Sinuiju, ciudad fronteriza
cercana a Dandong, en China.
Libertad
de circulación
Los
ciudadanos norcoreanos sufrían graves restricciones a la hora de viajar tanto
dentro del país como al extranjero. Las autoridades chinas devolvían a menudo a
Corea del Norte a miles de norcoreanos que habían huido a China en busca de alimentos
y empleo. A su regreso eran sistemáticamente golpeados y detenidos. Las
personas sospechosas de haber estado en contacto con ONG surcoreanas o de haber
intentado huir a Corea del Sur recibían castigos aún más severos. En julio se
recibió información según la cual las autoridades norcoreanas habían ordenado
la adopción de medidas enérgicas contra quienes salieran del país sin
autorización. En octubre, informes no confirmados señalaron que en septiembre
el Departamento de Seguridad Nacional había detenido al menos a 20 norcoreanos
en Shenyang, China. Estas personas fueron devueltas a Corea del Norte y
quedaron recluidas en un centro del Departamento de Seguridad Nacional en la
provincia de Hamkyung del Norte.
Personas
refugiadas y solicitantes de asilo
Corea
del Sur concedió la nacionalidad a más de 23.500 norcoreanos; había centenares
en Japón. Según cifras publicadas en 2011 por el ACNUR, la agencia de la ONU
para los refugiados, en 2010 había 917 solicitantes de asilo norcoreanos en
situación similar a la de refugiados en diversos países, entre los que
figuraban Alemania, Australia, Estados Unidos, Países Bajos y Reino Unido.
En
marzo, 27 norcoreanos fueron entregados a la Armada de Corea del Norte.
Formaban parte de un grupo de 31 personas (20 mujeres y 11 hombres) cuyo barco
de pesca se había adentrado en aguas de Corea del Sur en febrero a causa de una
densa niebla. A 4 de estas personas, que decidieron quedarse en Corea del Sur,
se les concedió la nacionalidad de ese país.
En
junio, nueve norcoreanos llegaron a Corea del Sur en barco. Posteriormente,
según informes, las autoridades de Corea del Norte restringieron los viajes de
sus ciudadanos a las zonas fronterizas y prohibieron las embarcaciones pequeñas
a lo largo de la costa occidental.
En
septiembre se descubrió a nueve norcoreanos, entre los que había tres menores,
a bordo de una pequeña embarcación pesquera de madera en la costa de la
prefectura de Ishikawa, en Japón. En un primer momento los tuvieron detenidos
en Nagasaki, y posteriormente les permitieron marcharse a Corea del Sur.
Escrutinio
internacional
El
relator especial de la ONU sobre la situación de los derechos humanos en Corea
del Norte no recibió autorización para visitar el país. En septiembre, 40 ONG,
incluida Amnistía Internacional, crearon en Tokio una coalición internacional
que pidió el establecimiento de una comisión de investigación sobre los
crímenes de lesa humanidad cometidos por el gobierno norcoreano. En mayo,
Robert King, embajador de Estados Unidos para derechos humanos y cuestiones
humanitarias en Corea del Norte, realizó una visita sin precedentes al país,
encabezando una delegación que iba a evaluar la gravedad de la crisis
alimentaria. Al marcharse le acompañaba Jun Eddie Yong-su, misionero
coreano-estadounidense que acababa de quedar en libertad tras pasar seis meses
detenido por “actividad religiosa inadecuada o ilegal”.
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